Muchos han entronizado un ídolo filosófico en lugar de Jehová, mientras que el Dios viviente, tal cual está revelado en su Palabra, en Cristo y en las obras de la creación, no es adorado más que por un número relativamente pequeño. Miles y miles deifican la naturaleza al paso que niegan al Dios de ella. Aunque en forma diferente, la idolatría existe en el mundo cristiano de hoy tan ciertamente como existió entre el antiguo Israel en tiempos de Elías... CI 65
lunes, 15 de julio de 2019
domingo, 7 de julio de 2019
06. EL EDÉN. (ADAN Y EVA) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).
Gén. 2: 8-15.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del
Edén, para que lo labrara y lo guardase. (Gén. 2: 15).
Aunque todo lo que hizo Dios tenía la perfección de la belleza, y nada que contribuyese a la felicidad de Adán y Eva parecía faltar, sin embargo manifestó su gran amor plantando un huerto especialmente para ellos. Parte de su tiempo estaría ocupado en la hermosa tarea de labrarlo, y otra parte en recibir la visita de los ángeles, escuchar sus instrucciones, y meditar gozosamente. Su ocupación no era cansadora, sino agradable y vigorizadora. Ese hermoso huerto sería su hogar.
En ese huerto el Señor puso árboles de toda variedad, útiles y hermosos. Los había cargados de fragantes y deliciosas frutas, hermosas a la vista y agradables al gusto, puestas por Dios para que sirvieran de alimento a la santa pareja. Estaban las hermosas vides que crecían rectas, con sus sarmientos inclinados bajo el peso de la fruta, que en nada se parecían a lo que el hombre ha visto desde el diluvio. Los frutos eran muy grandes y de diferentes colores; algunos casi negros, otros púrpura, rojos, rosados y verde claro. Las hermosas y abundantes frutas que había en los sarmientos de las vides se llamaban uvas. No se arrastraban por el suelo, a pesar de no estar sostenidas por enrejados, pero el peso de la fruta las hacía inclinar. Era el placentero trabajo de Adán y Eva formar cenadores con los sarmientos de esas vides, y prepararlas, formando moradas naturales con los hermosos árboles vivos cubiertos de follaje y fragantes frutos.
(The Story of Redemption, págs. 21, 22).
Dios quería que el hombre hallase felicidad en su ocupación: el cuidado de las cosas que había creado, y que sus necesidades fuesen suplidas por los frutos de los árboles que había en el huerto. Si la dicha hubiese consistido en estarse sin hacer nada, el hombre, en su estado de inocencia, habría sido dejado sin ocupación. Pero el que creó al hombre sabía qué le convenía para ser feliz; tan pronto como lo creó le asignó su trabajo. La promesa de la gloria futura y el decreto de que el hombre debe trabajar para obtener su pan cotidiano provinieron del mismo trono (El Hogar Adventista, pág. 23). 13
04. TEN MISERICORDIA DE MÍ, OH JEHOVÁ...
Sal. 31:9 dice: “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.”
Amaneció un día más en tu vida? El sol brilla esplendoroso allá afuera, *~*' »pero las nubes de la tristeza y de la aflicción, ¿parecen asfixiarte? En vez de salir por ahí contando cuan "injusta es la vida", ¿por qué no haces lo que David hacía cuando estaba triste? ¿Por qué no vas a Jesús, le abres tu corazón y lloras en su presencia? Dios siempre está dispuesto a escuchar el clamor sincero de sus hijos y con certeza, escuchará el tuyo también.
En el salmo de hoy, David expresa su concepto de la unidad del ser humano. Mente, corazón y cuerpo no pueden ser divididos. Cuando la vida espiritual anda mal, necesariamente afecta a la vida emocional y física. "Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo", afirma el salmista. Alma y cuerpo.
La dimensión espiritual está unida a la vida física del hombre. Inútilmente trata el ser humano de estar bien de un lado, menospreciando el otro.
La dimensión espiritual está unida a la vida física del hombre. Inútilmente trata el ser humano de estar bien de un lado, menospreciando el otro.
Este salmo fue escrito por David, en los terribles meses que siguieron a su pecado de adulterio y asesinato. Su conciencia lo atormentaba con crueldad y sufría las consecuencias terribles de su pecado. Algunos salmos sugieren la idea de que, en ese tiempo, David no fue atormentado solamente por la culpa, sino también por la lepra.
Hay enfermedades físicas que son el fruto de una conciencia culpable. Un día llevaron un paralítico a Jesús. El Maestro le dijo: "Hijo, tus pecados te son perdonados".*
La multitud no entendía. Creían que el paralítico necesitaba ser curado y no perdonado. No lograron ver la relación entre la vida espiritual y la vida física. Jesús entonces enfatizó esa relación, al decir: "Para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados [...]: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa".* Santiago añade: "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados".**
La multitud no entendía. Creían que el paralítico necesitaba ser curado y no perdonado. No lograron ver la relación entre la vida espiritual y la vida física. Jesús entonces enfatizó esa relación, al decir: "Para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados [...]: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa".* Santiago añade: "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados".**
Confía siempre en la misericordia perdonadora de Dios y hoy, antes de partir para tus actividades, ora en tu corazón: "Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo".
* Mar. 2:5, 10,11.
** Stg. 5:15.
Alejandro Bullón
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