O si tocare inmundicia de hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después llegare a saberlo, será culpable. Lev. 5:3.
Tal vez un hombre no se daba cuenta de lo que había hecho y, por lo tanto, podría considerárselo disculpable.
Sin embargo, aunque no se diese cuenta de ello, podría constituir una amenaza para otros por ser portador de infección.
De ahí que en ciertos casos podría no ser totalmente inocente y se le debía enseñar una lección que lo impresionase tanto a él como a otros.
Sin embargo, no es del todo culpable aquel que es ignorante, a menos que lo sea voluntariamente, habiendo tenido la oportunidad de informarse.
Algunos adrede cierran los ojos a la luz, convenciéndose a sí mismos de que, al no verla, no serán responsables de ella.
Pero en el juicio todos tendremos que dar cuenta, no sólo de lo que sabemos sino también de lo que podríamos haber sabido si hubiésemos hecho el esfuerzo de aprender. CBA MHP
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