martes, 28 de enero de 2020

THE CREATION: THE EARTH IS WITNESS/LA CREACIÓN: LA TIERRA ES TESTIGO.


11. CUANDO ES MEJOR NO CONOCER. (ADAN Y EVA) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).


Gén 3: 6-24.
Y dedique mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos. (Ecl. 1: 17).
Tanto Adán como Eva comieron del fruto prohibido, y obtuvieron un conocimiento -la experiencia de desobedecer y traicionar a Dios, el conocimiento de que estaban desnudos- que, si hubieran obedecido a Dios, nunca hubieran tenido.  Desapareció el ropaje de la inocencia, el manto divino que los rodeaba.  Ellos suplantaron este ropaje celestial cosiendo hojas de higuera para hacerse delantales.

Esta es la envoltura que han usado los transgresores de la ley de Dios desde los días de la desobediencia de Adán y Eva... Las hojas de higuera representan los argumentos usados para cubrir la desobediencia... Pero la desnudez del pecador no puede cubrirse. (SDA Bible Commentary, tomo 1, pág. 1084).

Si Adán y Eva no hubieran nunca desobedecido a su Creador, si hubieran permanecido en el sendero de la rectitud perfecta, habrían conocido y comprendido a Dios. Pero cuando escucharon la voz del tentador y pecaron contra Dios, la luz del ropaje de la inocencia celestial los abandonó. Y al separarse de esos ropajes vistieron los mantos oscuros de los que no conocen a Dios. La luz clara y perfecta que hasta entonces los rodeara, había iluminado todo aquello a lo cual se aproximaban. Pero privada de esa luz celestial, la posteridad de Adán ya no podía descubrir el carácter de Dios en sus obras creadas (Ibid.).

Si Adán y Eva nunca hubiesen tocado el árbol prohibido, el Señor les hubiera impartido conocimiento: un conocimiento sin la maldición del pecado, un conocimiento que les hubiera traído gozo 
imperecedero (Id., pág. 1083).

En todas las épocas la curiosidad de los hombres los ha llevado a buscar el árbol del conocimiento; a menudo creen que están juntando frutos de la mayor utilidad cuando como en el caso de Salomón, hallan que todo es vanidad e insignificancia en comparación con la ciencia de la verdadera santidad que les abrirá las puertas de la ciudad de Dios. La ambición humana ha estado buscando esa clase de conocimiento que le traerá gloria, exaltación propia y supremacía. 
 De esta forma trabajó Satanás en Adán y Eva (Ibid.). 18

10. INSTRUMENTO DE SATANÁS (ADAN Y EVA) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).


Gén 3: 6-14.
Y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (Gén. 3: 6).
Y ahora, habiendo pecado, ella [Eva] se convirtió en el agente de Satanás para labrar la ruina de su esposo.  Con extraña y anormal excitación, y con las manos llenas del fruto prohibido, lo buscó  le relató todo lo que había ocurrido.

Una expresión de tristeza cubrió el rostro de Adán.  Quedó atónito y alarmado.  A las palabras de Eva contestó que ése debía ser el enemigo contra quien se los había prevenido; y que conforme a la sentencia divina ella debía morir.  En contestación, Eva le insto a comer, repitiendo el aserto de la serpiente de que no morirían.  Alegó que las palabras de la serpiente debían ser ciertas puesto que no sentía ninguna evidencia del desagrado de Dios; sino que, al contrario, experimentaba una deliciosa y alborozaste influencia, que conmovía todas sus facultades con una nueva vida, que le parecía semejante a la que inspiraba a los mensajeros celestiales.
Adán comprendió que su compañera había violado el mandamiento de Dios, menospreciando la única prohibición que les había sido puesta como una prueba de su fidelidad y amor.  Se desató una terrible lucha en su mente. 

 Lamentó haber dejado a Eva separarse de su lado.  Pero ahora el error estaba cometido; debía separarse de su compañía, que le había sido de tanto gozo. ¿Cómo podría hacer eso?

Adán había gozado el compañerismo de Dios  de los santos ángeles.  Había contemplado la gloria del Creador.  Comprendía el elevado destino que aguardaba al linaje humano si los hombres permanecían fieles a Dios.  Sin embargo, se olvidó de todas estas bendiciones ante el temor de perder el don que apreciaba más que todos los demás.  El amor, la gratitud y la lealtad al Creador, todo fue sofocado por amor a Eva.  Ella era parte de sí mismo, y Adán no podía soportar la idea de una separación. . . Resolvió compartir la suerte de Eva; si ella debía morir, él moriría con ella.  Al fin y al cabo, se dijo Adán, ¿no podrían ser verídicas las palabras de la sabia serpiente?  Eva estaba ante él, tan bella y aparentemente tan inocente como antes de su desobediencia.  Le expresaba mayor amor que antes. Ninguna señal de muerte se notaba en ella, y así decidió hacer frente a las consecuencias. Tomó el fruto y lo comió apresuradamente. 
(Patriarcas y Profetas, págs. 39, 40).17

09. ENGAÑADOS (ADAN Y EVA) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).


Gén 3: 1-6.
La cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? (Gén. 3: 1).
Al hombre, obra maestra de la creación, Dios le dio la facultad de comprender sus requerimientos, para que reconociese la justicia y la benevolencia de su ley y su sagrado derecho sobre él; y del hombre se exige una respuesta obediente.
Como los ángeles, los moradores del Edén habían de ser probados.  Sólo podían conservar su feliz estado si eran fieles a la ley del Creador.  Podían obedecer y vivir, o desobedecer y perecer. . .

Los ángeles habían prevenido a Eva que tuviese cuidado no separarse de su esposo mientras éste estaba ocupado en su trabajo cotidiano en el huerto; estando con él correría menos peligro de caer en tentación que estando sola.  Pero distraída en sus agradables labores, inconscientemente se alejó del lado de su esposo. . . Muy pronto se encontró extasiada, mirando con curiosidad y admiración el árbol prohibido. El fruto era bello, y se preguntaba por qué Dios se lo había vedado. Esa fue la oportunidad de Satanás. Como discerniendo su pensamientos, se dirigió a ella diciendo: "¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?...
El tentador afirmó que jamás llegaría a cumplirse la divina advertencia; que les fue hecha meramente para intimidarlos...

Tal ha sido la labor que Satanás ha llevado adelante con gran éxito, desde los días de Adán hasta el presente.  Tienta a los hombres a desconfiar del amor de Dios y a dudar de su sabiduría.  Constantemente pugna por despertar en los seres humanos un espíritu de curiosidad irreverente, un inquieto e inquisitivo deseo de penetrar en los inescrutables secretos del poder y la sabiduría de Dios.  En sus esfuerzos por escudriñar aquello que Dios tuvo a bien ocultarnos, muchos pasan por alto las verdades eternas que nos ha revelado y que son esenciales para nuestra salvación...

Eva creyó realmente las palabras de Satanás, pero esta creencia no la salvó de la pena del pecado.  No creyó en las palabras de Dios, y esto la condujo a su caída.  En el juicio final, los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad (Patriarcas y Profetas, págs. 35- 38). 16