El profeta, continua con la alabanza a Jehová, por la protección
salvadora a su pueblo. Ve mas allá, en el futuro, lo que será al fin el futuro glorioso de éste mundo. Que al final nos librará para siempre del enemigo, que es la
muerte.
6 Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados. 7 Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. 8 Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. (Isaías 25).
6. Este Monte. Es decir, el monte de Sión
(ver com. Sal. 48: 2; cf. Isa. 24: 23). Banquete De Manjares
Suculentos. La fiesta de la coronación de Cristo (ver com. Apoc. 19:
7-9). Isaías contempla el tiempo cuando la Babilonia simbólica (ver com. vers.
2) será destruida (Apoc. 19: 2), y cuando la Nueva Jerusalén se convertirá en
la capital de la tierra renovada (Apoc. 21: 1-3). Dios insta a los hombres a
que acepten su invitación a la fiesta (Mat. 22: 2-4, 9-10; cf. Luc. 14: 16-17).
Con relación a la doblé aplicación de las profecías de Isaías, ver com. cap.
24: 1; cf. pp. 36-38; ver com. Deut. 18: 15.
7. La Cubierta. En este mundo
los seres humanos andan como en tinieblas, con un velo sobre los ojos. Este
puede ser un velo de tristeza o luto, o de ignorancia (Isa. 29:10; 1 Cor.
13:12; 2 Cor. 3:12-18; Efe. 4:18). Un velo tal cubre ahora a todo el mundo,
aunque es quitado de quienes aceptan a Cristo. Pero no habrá velo en aquel día
feliz cuando la tierra estará "llena del conocimiento de Jehová, como las
aguas cubren el mar" (Isa. 11: 9; 6: 3). Pueblos. Esta
promesa es para el pueblo de Dios de todas las edades y de todas las naciones.
8. Destruirá A La Muerte. "Consumirá a la Muerte definitivamente" (BJ). Isaías presenta el glorioso cuadro de la resurrección, de la liberación del poder de la muerte, que se hará realidad cuando Jesús vuelva para reinar. Pablo (1 Cor. 15: 54-55) y Juan (Apoc. 7: 17; 21: 4) hablan del mismo tema.
Enjugará . . .
Toda Lágrima. Compárese con Apoc. 21: 4. La
Afrenta. Vale decir, la ignominia y el oprobio que han sufrido los
justos de todas las edades durante su peregrinación terrenal. Ahora se calla
para siempre la burla de los incrédulos: "¿Dónde está su Dios?" (Sal.
79: 10). Los redimidos ya no serán más dominados y afligidos, sino, victoriosos
y coronados de justicia, cantarán himnos de eterno gozo. 4CBA/Ministerio Hno.
Pio
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