Juan 4: 46-54.
Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales
y prodigios, no creeréis. (Juan 4:48).
Como un fulgor de luz, las palabras que
dirigió el Salvador al noble desnudaron su corazón. Vio que eran egoístas los
motivos que le habían impulsado a buscar a Jesús. Vio el verdadero carácter de
su fe vacilante. Con profunda angustia comprendió que su duda podría costar la
vida de su hijo. Sabía que se hallaba en
presencia de un Ser que podía leer los pensamientos, para quien todo era
posible, y con verdadera agonía suplicó: "Señor, desciende antes que mi
hijo muera". Su fe se aferró a Cristo como Jacob trabó del ángel cuando
luchaba con él y exclamó: "No te dejaré, si no me bendices".
Y como Jacob, prevaleció. El Salvador no puede
apartarse del alma que se aferra a él invocando su gran necesidad. "Ve -le
dijo-, tu hijo vive". El noble salió de la presencia de Jesús con una paz
y un gozo que nunca había conocido antes. No sólo creía que su hijo sanaría,
sino que creía en Cristo como su Redentor. . .
Como el padre afligido, somos con frecuencia
inducidos a buscar a Jesús por el deseo de algún beneficio terrenal; y hacemos
depender nuestra confianza en su amor de que nos sea otorgado lo pedido. El
Salvador anhela darnos una bendición mayor que la que solicitamos; y dilata la
respuesta a nuestra petición a fin de poder mostrarnos el mal que hay en
nuestro corazón y nuestra profunda necesidad de su gracia. Desea que
renunciemos al egoísmo que nos induce a buscarle. Confesando nuestra impotencia
y acerba necesidad, debemos confiarnos completamente a su amor.
El noble quería ver el cumplimiento de su
oración antes de creer; pero tuvo que aceptar el aserto de Jesús de que su
petición había sido oída, y el beneficio otorgado. También nosotros tenemos que
aprender esta lección (DTG 168-170).
Es inminente el día cuando Satanás. . .
presentará numerosos milagros para confirmar la fe de todos aquellos que están
buscando esta clase de evidencia. ¡Cuán terrible será la situación de los que
cierran sus ojos a la luz de la verdad y piden milagros para ser confirmados en
el engaño! (Evangelismo, pág. 594). 296
AUDIO:
https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVtrbL52hGjPNaJMDGwACpWZ
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