martes, 5 de octubre de 2021

05. “LOS PUBLICANOS NO ESTÁN EXCLUIDOS” (MATEO) X. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Mat. 9:9-13.

Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. (Ose. 6:6).

El llamamiento de Mateo al discipulado excitó gran indignación. Que un maestro religioso erigiese a un publicano como uno de sus acompañantes inmediatos, era una ofensa contra las costumbres religiosas, sociales y nacionales (DTG, pág. 239).

En su agradecida humildad, Mateo deseaba mostrar su aprecio por el honor que se le había concedido; y, reuniendo a los que habían sido sus asociados en los negocios, en el placer y en el pecado, hizo una gran fiesta para el Salvador.

Si Jesús lo llamaba a pesar de ser tan pecador e indigno, seguramente aceptaría a sus anteriores compañeros quienes, según pensaba Mateo, eran mucho más merecedores que él. Mateo tenía un gran anhelo de que ellos compartiesen los beneficios de la misericordia y gracia de Cristo. Deseaba que ellos supiesen que Cristo no. . . despreciaba ni odiaba a los publicanos y pecadores. Quería que ellos conocieran a Cristo como el bendito Salvador. . .

Jesús nunca rehusaba una invitación a tales fiestas. El objeto que estaba siempre delante de él era sembrar en el corazón de sus oyentes las semillas de la verdad y mediante su conversación persuasiva atraer los corazones a sí. En cada uno de sus actos Cristo tenía un propósito y la lección que dio en esta ocasión fue oportuna y apropiada. Mediante ese acto declaraba que aun los publicanos y pecadores no estaban excluidos de su presencia. . .

Los fariseos vieron a Cristo visitando a los publicanos y pecadores y comiendo con ellos. . . Esos hombres que pretendían ser justos, que no sentían necesidad de ayuda, no podían apreciar la obra de Cristo. Se colocaban donde no podían aceptar la salvación que había venido a traer. Ellos no acudían a él para poder tener vida. Los pobres publicanos y pecadores sentían su necesidad y aceptaban la instrucción y la ayuda que sabían que Cristo podía darles (Signs of the Times, 23-6-1898).

Para Mateo mismo, el ejemplo de Jesús en el banquete fue una constante lección. El publicano despreciado vino a ser uno de los evangelistas más consagrados, y en su propio ministerio siguió muy de cerca las pisadas del Maestro (DTG, pág. 240). 285

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVtrbL52hGjPNaJMDGwACpWZ

 

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