2 Sam. 16:15-17: 24.
Jehová había ordenado que el acertado consejo de
Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón. (2
Sam. 17:14).
Ahitofel manifestó insistentemente a Absalón la
necesidad de obrar inmediatamente contra David. . . Este proyecto fue aprobado
por los consejeros del rey. Si se lo hubiese puesto en práctica, David habría
sido muerto seguramente, a menos que el Señor se hubiese interpuesto
directamente para salvarlo. Pero una sabiduría aún más alta que la del
renombrado Ahitofel dirigía los acontecimientos. . .
A Husai no se le había llamado al concilio, y no
quiso intervenir sin que se lo pidieran, por temor de que se sospechara de él
como espía; pero después que se hubo dispersado la asamblea, Absalón que tenía
en alto aprecio el juicio del consejero de su padre, le sometió el plan de
Ahitofel. Husai vio que, de seguirse el plan propuesto, David estaría perdido. Y
dijo: "El consejo que ha dado esta vez Ahitofel no es bueno". . .
Sugirió luego un plan atrayente para una naturaleza vana, egoísta y aficionada
a hacer ostentación de poder. . .
"Entonces Absalón y todos los de Israel
dijeron: El consejo de Husai Arquita es mejor que el consejo de Ahitofel".
Pero hubo uno que no fue engañado, y que previó claramente el resultado de este
error fatal de Absalón.
Ahitofel sabía que la causa de los rebeldes estaba perdida. Y sabía que cualquiera que fuese la suerte del príncipe, no había esperanza para el consejero que había instigado sus mayores crímenes. Ahitofel había animado a Absalón en la rebelión; le había aconsejado que cometiera las maldades más abominables, en deshonra de su padre; había aconsejado que se matara a David, y había proyectado cómo lograrlo; había eliminado para siempre la última posibilidad de que él mismo se reconciliara con el rey; y ahora otro le era preferido, aun por el mismo Absalón.
Celoso, airado y desesperado,
"levantóse y fuese a su casa en su ciudad; y después de disponer acerca de
su casa, ahorcóse y murió". Tal fue el resultado de la sabiduría de uno
que, no obstante sus grandes talentos, no tuvo a Dios como su consejero
(Patriarcas y Profetas, págs. 800-802). 184
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVv0TqLpoxs-QMolo4klb4mZ
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