1 Sam. 15: 24-35.
Y Samuel respondió a Saúl: No
volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha
desechado para que no seas rey sobre Israel. (1 Sam. 15: 26).
Cuando Saúl vio que Samuel no venia más para
instruirlo, comprendió que el Señor le había rechazado a causa de su mala
conducta, y desde entonces parecía que su carácter iba de un extremos a otro. Sus
sirvientes. . . muchas veces no osaban aproximarse a él, porque parecía loco,
violento y ofensivo. Frecuentemente se mostraba lleno de remordimientos. Estaba
melancólico y a menudo temeroso, a pesar de no haber ningún peligro. . .
Siempre estaba lleno de ansiedad, no quería que se le molestase estando de mal
humor y a veces no permitía que nadie se le aproximase. . . Con demente energía
solía repetir proféticamente dichos contra sí mismo, aun en la presencia de sus
gobernadores y del pueblo.
Los que eran testigos de esas extrañas exhibiciones de Saúl le recomendaron la música, por su influencia sedante sobre la mente cuando estaba así turbada. Por la providencia de Dios, le informaron sobre las habilidades musicales de David. . . Los hábiles arpegios de David sedaban el espíritu acongojado de Saúl. La influencia de los sublimes acordes de la que escuchaba, desvanece la melancolía que se había posado sobre él, y llevaba su mente excitada a un estado más feliz y racional (Spiritual Gifts, tomo 4, págs. 77-79).
Saúl perdió toda su fuerza porque falló en obedecer los mandamientos de Dios, la regla de su vida. Es terrible para un hombre poner su voluntad contra la voluntad específicamente revelada de Dios. Todo el honor que un hombre pudiera recibir sobre el trono de un reino sería una pobre compensación a cambio de la pérdida del favor de Dios debida a un acto de deslealtad al cielo. La desobediencia a los mandamientos de Dios sólo puede traer como resultado final el desastre y la deshonra.
Tan ciertamente como
designó a Saúl para el gobierno de Israel, Dios ha dado a cada hombre su obra,
y la lección práctica e importante que debemos aprender es llevar a cabo el
trabajo que se nos ha encomendado de tal forma que podamos contemplar nuestra
foja de servicio con gozo y no con dolor (SDA Bible Commentary, tomo 2, pág. 1018).
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AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuozPJtDXwpVnSKXr1hJGB-
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