2 Rey. 5:5-14.
Porque mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos
los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y
mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isa. 55:8,9).
Naamán el sirio consultó al profeta de Dios acerca
de cómo podía curarse de una enfermedad repugnante: la lepra. Se le ordenó ir y
bañarse en el Jordán siete veces. ¿Por qué no siguió inmediatamente las
instrucciones del profeta de Dios?. . . A causa de su mortificación y decepción
tuvo un rapto de cólera, y furiosamente rehusó seguir el humilde procedimiento
que le había señalado el profeta de Dios. "He aquí", dijo, "yo decía
para mí: Saldrá él luego y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios,
y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de
Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos,
¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado". Su criado dijo:
"Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías?
¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?
Sí, ese gran hombre consideraba que estaba por
debajo de su dignidad ir al humilde río Jordán y lavarse. Los ríos que había
mencionado y deseado se veían embellecidos por los árboles y sotos de sus
riberas y había ídolos en esos sotos. Muchos acudían a esos ríos para adorar
las estatuas de sus dioses; por lo tanto, eso no hubiera significado ninguna
humillación para él. Pero el
cumplimiento de las directivas específicas del profeta hubiera humillado su
espíritu orgulloso y altivo. La obediencia voluntaria traería el resultado
deseado. Se lavó y quedó sano (Testimonies, tomo 2, pág. 310).
Nuestros planes no son siempre los de Dios. . . En
su amante cuidado e interés por nosotros, muchas veces Aquel que nos comprende
mejor de lo que nos comprendemos a nosotros mismos, se niega a permitirnos que
procuremos con egoísmo la satisfacción de nuestra ambición. . . Nos pide él que
le cedamos muchas cosas; pero al hacerlo no nos despojamos más que de lo que
nos impide avanzar hacia el cielo. . .
En la vida futura, se aclararán los misterios que
aquí nos han preocupado y chasqueado. Veremos que las oraciones que nos
parecían desatendidas y las esperanzas defraudadas figuraron entre nuestras
mayores bendiciones. (El Ministerio de Curación, págs. 373, 376). 229
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuaBfeL-S2CDJEXjK4GLNC5
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