miércoles, 11 de agosto de 2021

11. “NINGÚN CARRO DE FUEGO” (ELISEO) VIII. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

2 Rey. 13:14-20.

Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. (Apoc. 14:13).

No le tocó a Eliseo seguir a su maestro en un carro de fuego. Dios permitió que le aquejase una enfermedad prolongada. Durante las largas horas de debilidad y sufrimiento humanos, su fe se aferró a las promesas de Dios, y contemplaba constantemente en derredor suyo a los mensajeros celestiales de consuelo y paz. 

Así como en las alturas de Dotán se había visto rodeado por las huestes del cielo, con los carros y los jinetes de fuego de Israel, estaba ahora consciente de la presencia de los ángeles que simpatizaban con él; y esto le sostenía.

Durante toda su vida había ejercitado una fe fuerte; y mientras progresaba en el conocimiento de las providencias y la bondad misericordiosa del Señor, su fe había madurado en una confianza permanente en su Dios; y cuando la muerte le llamó, estaba listo para entrar a descansar de sus labores. . .

Con el salmista, Eliseo pudo decir con toda confianza: "Empero Dios redimirá mi vida del poder de la sepultura, cuando me tomará". Y con regocijo pudo testificar: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo". "Yo en justicia veré tu rostro: seré saciado cuando despertare a tu semejanza" (Profetas y Reyes, pág. 197).

Cristo reclama como suyos a todos los que han creído en su nombre. El poder vitalizador del Espíritu de Cristo que mora en el cuerpo mortal, vincula a cada alma creyente a Jesucristo. Los que creen en Jesús son sagrados para su corazón, porque su vida está oculta con Cristo en Dios. . .

¡Qué mañana gloriosa será la de la resurrección! ¡Qué maravillosa escena ocurrirá cuando Cristo venga para ser admirado por los que creen! Todos los que participaron de la humillación y los sufrimientos de Cristo también participarán de su gloria. Mediante la resurrección de Cristo, cada santo creyente que duerma en Jesús surgirá triunfante de su prisión. Los santos resucitados proclamarán: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" (1 Cor. 15:55) (2MS, págs. 309, 310). 230

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuaBfeL-S2CDJEXjK4GLNC5

 

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