1 Rey. 18:1-20.
Y él respondió: yo no he turbado a Israel, sino tú
y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los
baales. (1 Rey. 18:18).
Durante los largos años de sequía y hambre, Elías
rogó fervientemente que el corazón de Israel se tornase de la idolatría a la
obediencia a Dios. Pacientemente
aguardaba el profeta mientras que la mano del Señor apremiaba gravosamente la
tierra castigada. . .
Al fin, "pasados muchos días", esta
palabra del Señor fue dirigida a Elías: "Ve, muéstrate a Acab, y yo daré
lluvia sobre la haz de la tierra"...
Este [Elías] y el rey se hallan por fin frente a
frente. Aunque Acab rebosa de odio apasionado, en la presencia de Elías parece
carecer de virilidad y de poder. En las primeras palabras que alcanza a
balbucir: "Eres tú el que alborotas a Israel?" revela
inconscientemente los sentimientos más íntimos de su corazón. Acab sabía que se
debía a la palabra de Dios que los cielos se hubiesen vuelto como bronce, y sin
embargo procuraba culpar al profeta de los gravosos castigos que apremiaban la
tierra...
De pie, y consciente de su inocencia delante de
Acab, Elías no intenta disculparse ni halagar al rey. Tampoco procura eludir la
ira del rey dándole la buena noticia de que la sequía casi terminó. No tiene
por qué disculparse. Lleno de indignación y del ardiente anhelo de ver honrar a
Dios, devuelve a Acab su imputación, declarando intrépidamente al rey que son
sus pecados y los de sus padres, lo que atrajo sobre Israel esta terrible
calamidad. . .
Hoy también es necesario que se eleve una
reprensión severa; porque graves pecados han separado al pueblo de su Dios. . .
Los suaves sermones que se predican con tanta frecuencia no hacen impresión
duradera; la trompeta no deja oír un sonido certero. Los corazones de los
hombres no son conmovidos por las claras y agudas verdades de la Palabra de
Dios. . .
Dios llama a hombres como Elías, Natán y Juan el
Bautista, hombres que darán su mensaje con fidelidad, irrespectivamente de las
consecuencias; hombres que dirán la verdad con valor, aun cuando ello exija el
sacrificio de todo lo que tienen (Profetas y Reyes, págs. 97, 100, 102-104). 209
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsnRK5QeFraHB292UJ6gxtG
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