1 Rey. 19:8-18.
Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y
vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? (1 Rey.
19:9).
Aunque el lugar del monte Horeb al cual Elías se
había retirado era un sitio oculto para los hombres, era conocido por Dios; y
el profeta cansado y desalentado, no fue abandonado para que luchase solo con
las potestades de las tinieblas que le apremiaban...
Dios preguntó a su siervo: "¿Qué haces aquí,
Elías?" Te mandé al arroyo Querit, y después a la viuda de Sarepta. Te
ordené que volvieses a Israel y te presentases ante los sacerdotes idólatras en
el monte Carmelo; luego te ceñí de fortaleza para guiar el carro del rey hasta
la puerta de Jezreel. ¿Pero quién te mandó huir apresuradamente al desierto?
¿Qué tienes que hacer aquí?...
Mucho depende de la actividad incesante de los que
son fieles y leales; y por esta razón Satanás hace cuanto puede para impedir
que el propósito divino sea realizado mediante los obedientes. Induce a algunos
a olvidar su alta y santa misión y a hallar satisfacción en los placeres de
esta vida... A otros los induce a huir de su deber, desalentados por la
oposición o la persecución...
A todo hijo de Dios cuya voz el enemigo de las
almas ha logrado silenciar, se le dirige la pregunta: "¿Qué haces
aquí?" Te ordené que fueses a todo el mundo y predicases el Evangelio, a
fin de preparar a un pueblo para el día de Dios. ¿Por qué estás aquí? ¿Quién te
envió?...
A las familias, tanto como a los individuos, se pregunta: "¿Qué haces aquí?"
En muchas iglesias hay familias bien instruidas en las verdades de la Palabra de Dios, que podrían ampliar la esfera de su influencia trasladándose a lugares donde se necesita el ministerio que ellas son capaces de cumplir. Dios invita a las familias cristianas para que vayan a los lugares oscuros de la tierra, a trabajar sabia y perseverantemente en favor de aquellos que están rodeados de lobreguez espiritual...
Por amor a las ventajas mundanales, o con el fin de adquirir conocimientos científicos, hay hombres que están dispuestos a aventurarse en regiones pestilentes, y a soportar penurias y privaciones. ¿Dónde están los que quieren hacer lo mismo con el afán de hablar a otros del Salvador? (Profetas y Reyes, págs. 123, 126-127). 215
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsnRK5QeFraHB292UJ6gxtG
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