1 Rey. 19:8-18.
Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas
rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron. (1 Rey. 19:18).
Elías había pensado que él era el único que adoraba
al verdadero Dios en Israel; pero el que lee en todos los corazones reveló al
profeta que eran muchos los que a través de los largos años de apostasía le
habían permanecido fieles. . .
Son muchas las lecciones que se pueden sacar de lo que experimentó Elías durante aquellos días de desaliento y derrota aparente, y son lecciones inestimables para los siervos de Dios en esta época, que se distingue por una desviación general de lo correcto. La apostasía que prevalece hoy es similar a la que se extendió en Israel en tiempos del profeta. Multitudes siguen hoy a Baal al exaltar lo humano sobre lo divino, al alabar a los dirigentes populares, al rendir culto a Mamón y al colocar las enseñanzas de la ciencia sobre las verdades de la revelación.
La duda y la incredulidad están ejerciendo su influencia nefasta sobre
las mentes y los corazones, y muchos están reemplazando los oráculos de Dios
por las teorías de los hombres. Se enseña públicamente que hemos llegado a un
tiempo en que la razón humana debe ser exaltada sobre las enseñanzas de la
Palabra.
La ley de Dios, divina norma de la justicia, se
declara anulada. El enemigo de toda verdad está obrando con poder engañoso para
inducir a hombres y mujeres a poner las instituciones humanas donde Dios
debiera estar, y a olvidar lo que fue ordenado para la felicidad y salvación de
la humanidad.
Sin embargo, esta apostasía, por extensa que haya llegado a ser, no es universal. No todos los habitantes del mundo son inicuos y pecaminosos. No todos se han decidido en favor del enemigo. Dios tiene a muchos. . . que esperan contra toda esperanza que Jesús vendrá pronto para acabar con el reinado del pecado y de la muerte. . .
Los tales necesitan la
ayuda personal de quienes han aprendido a conocer a Dios y el poder de su
Palabra. . . Mientras los que comprenden la verdad bíblica procuren descubrir a
los hombres y mujeres que anhelan luz, los ángeles de Dios los acompañarán. . .
Muchos cesarán de tributar homenaje a las instituciones humanas, y se pondrán
intrépidamente de parte de Dios y de su ley (PR, págs. 125,
126). 216
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsnRK5QeFraHB292UJ6gxtG
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