1 Rey. 19:8-18.
El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová
Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han
derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he
quedado, y me buscan para quitarme la vida. (1 Rey. 19:14).
Si, en circunstancias penosas, hombres de poder
espiritual, apremiados más de lo que pueden soportar, se desalientan y abaten;
si a veces no ven nada deseable en la vida, esto no es cosa extraña o nueva. Recuerden los tales, que uno de los profetas
más poderosos huyó por su vida ante la ira de una mujer enfurecida. . . Los
que, mientras dedican las energías de su vida a una labor abnegada, se sienten
tentados a ceder al abatimiento y la desconfianza, pueden cobrar valor de lo
que experimentó Elías. . .
Es en el momento de mayor debilidad cuando Satanás
asalta al alma con sus más fieras tentaciones. . . El que había mantenido su
confianza en Jehová a través de los años de sequía y hambre; el que había
estado intrépidamente frente a Acab; el que durante el día de prueba había
estado en el Carmelo delante de toda la nación como único testigo del Dios verdadero,
en un momento de cansancio permitió que el temor de la muerte venciese su fe en
Dios. . .
Cuando estamos rodeados de dudas y las
circunstancias nos dejan perplejos, o nos afligen la pobreza y la angustia,
Satanás procura hacer vacilar nuestra confianza en Jehová. . . Pero Dios
comprende, y sigue manifestando compasión y amor. Lee los motivos y los
propósitos del corazón. Aguardar con paciencia, confiar cuando todo parece
sombrío, es la lección que necesitan aprender los dirigentes de la obra de
Dios.
El Cielo no los desamparará en el día de su
adversidad. No hay nada que parezca más impotente que el alma que siente su
insignificancia y confía plenamente en Dios, y en realidad no hay nada que sea
más invencible.
No sólo es para los hombres que ocupan puestos de
gran responsabilidad la lección de lo que experimentó Elías al aprender de
nuevo a confiar en Dios en la hora de prueba. El que fue la fortaleza de Elías
es poderoso para sostener a cada hijo suyo que lucha, por débil que sea. Espera de cada uno que manifieste lealtad, y a cada uno concede poder según su
necesidad (Profetas y Reyes, págs. 127-129). 217
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsnRK5QeFraHB292UJ6gxtG
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