viernes, 9 de abril de 2021

09. “UNA DE LAS PEORES CARACTERÍSTICAS SATÁNICAS” (MOISÉS Y SUS HERMANOS) IV. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Núm. 12.

Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿Quién podrá sostenerse delante de la envidia? (Prov. 27: 4).

Moisés soportó sus acusaciones [de María y Aarón] en silencio paciente y sin queja. Fue la experiencia que adquiriera durante los muchos años de trabajo y espera en Madián, el espíritu de humildad y longanimidad que cultivara allí, lo que preparó a Moisés para arrostrar con paciencia la incredulidad y la murmuración del pueblo, y el orgullo y la envidia de los que hubieran debido ser sus asistentes firmes y resueltos. "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra", y por este motivo Dios le otorgó más de su sabiduría y dirección que a todos los demás. Dice la Escritura: "Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera" (Sal. 25: 9). Los mansos son dirigidos por el Señor, porque son dóciles y dispuestos a recibir instrucción...

"Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y púsose a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María". . . Entonces el furor de Jehová se encendió en ellos; y fuese. La nube desapareció del tabernáculo como señal del desagrado de Dios, y María fue castigada. Quedó "leprosa como la nieve". . . Entonces, humillado hasta el polvo el orgullo de ambos, Aarón confesó el pecado que habían cometido e imploró al Señor que no dejara perecer a su hermana por aquel azote repugnante y fatal. En respuesta a las oraciones de Moisés, se limpió la lepra de María. Sin embargo, ella fue excluida del campo durante siete días...

Esta manifestación del desagrado del Señor tenía por objeto advertir a todo Israel que pusiera coto al creciente espíritu de descontento y de insubordinación. Si el descontento y la envidia de María no hubiesen recibido una señalada reprensión, habrían resultado en grandes males. La envidia es una de las peores características satánicas que puedan existir en el corazón humano, y es una de las más funestas en sus consecuencias. Dice el sabio: "Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas, ¿quién parará delante de la envidia?" (Prov. 27: 4). Fue la envidia la que causó la primera discordia en el cielo, y el albergarla ha obrado males indecibles entre los hombres. "Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa" (Sant. 3:16) (Patriarcas y Profetas, págs. 403-405). 106

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuUCOpUfXzaq8n4wQXmyR80

 

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