Jos. 9, 10.
Los labios mentirosos son abominación a Jehová;
pero los que hacen verdad son su contentamiento. (Prov. 12: 22).
De Siquem los israelitas volvieron a su campamento
de Gilgal. Allí los visitó poco después una embajada extraña, que deseaba
pactar un trato con ellos. Los embajadores manifestaron que venían de tierras
lejanas, cosa que parecía confirmar su apariencia. Llevaban ropas viejas y
raídas; sus sandalias estaban recosidas; sus provisiones de boca estaban mohosas,
y sus odres, rasgados y remendados, como si se los hubiera reparado
apresuradamente durante el viaje. . .
Estas explicaciones prevalecieron... " Y Josué
hizo paz con ellos, y concertó con ellos que les dejaría la vida: también los
príncipes de la congregación les juraron". Así se concertó la alianza...
Pero les hubiera salido mejor a los gabaonitas si
hubieran tratado honradamente con Israel. Aunque su sumisión a Jehová les
permitió conservar la vida, su engaño sólo les reportó deshonra y servidumbre.
Dios había estatuido que todos los que renunciaran al paganismo, y se unieran
con los israelitas, habían de participar de las bendiciones del pacto. Quedaban
incluidos en la expresión "el extranjero que peregrina entre
vosotros", y con pocas excepciones esta clase había de gozar iguales
favores y privilegios que Israel.
El mandamiento de Dios fue: "Y cuando el
extranjero more contigo en vuestra tierra, no le oprimiréis. Como a un natural
de vosotros tendréis al extranjero que peregrinare entre vosotros; y ámalo como
a ti mismo" (Lev. 19: 33, 34). . .
Tales eran las condiciones en las cuales los
gabaonitas podrían haber sido recibidos de no haber medido el engaño al cual
habían recurrido. Ser hechos leñadores y aguadores por todas las generaciones
no era poca humillación para aquellos ciudadanos de una ciudad real, donde
todos los hombres eran "fuertes". Pero habían adoptado el manto de la
pobreza con fines de engaño, y les quedó como insignia de servidumbre perpetua.
A través de todas las generaciones, esta servidumbre iba a atestiguar el
aborrecimiento en que Dios tiene la mentira (Patriarcas y Profetas, págs,
539-542). 123
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuTjgOEJPr_i4LkG5qpGMMO
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