domingo, 28 de febrero de 2021

01. “SIETE BREVES AÑOS” (JACOB) III. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 29: 1-20.

Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron   como pocos días, porque la amaba. (Gén. 29: 20).

¡Qué diferencia entre su llegada [la de Jacob] y la del mensajero de Abraham, casi cien años antes! El servidor había venido con un séquito montado en camellos, y con ricos regalos de oro y plata; Jacob llegaba solo, con los pies lastimados, sin más posesión que su cayado. Como el siervo de Abraham, Jacob se detuvo cerca de un pozo, y fue allí donde conoció a Raquel, la hija menor de Labán. . . Aunque llegó sin herencia ni acompañamiento, pocas semanas bastaron para mostrar el valor de su diligencia y habilidad, y se le exhortó a quedarse.  Convinieron en que serviría a Labán siete años por la mano de Raquel.

En los tiempos antiguos era costumbre que el novio, antes de confirmar el compromiso del matrimonio, pagara al padre de su novia, según las circunstancias, cierta suma de dinero o su valor en otros efectos.  Esto se consideraba como garantía del matrimonio. . . Pero se hacían arreglos para probar a los que no tenían con que pagar la dote de la esposa. Se les permitía trabajar para el padre cuya hija amaban, durante un tiempo, que variaba según la dote requerida. Cuando el pretendiente era fiel en sus servicios, y se mostraba digno también en otros aspectos, recibía a la hija por esposa, y generalmente, la dote que el padre había recibido se la daba a ella el día de la boda. . .

Esta antigua costumbre, aunque muchas veces se prestaba al abuso, como en el caso de Labán, producía buenos resultados. Cuando se pedía al pretendiente que trabajara para conseguir a su esposa, se evitaba un casamiento precipitado, y se le permitía probar la profundidad de sus afectos y su capacidad para mantener a su familia. En nuestro tiempo, resultan muchos males de una conducta diferente. 

Muchas veces ocurre que antes de casarse las personas tienen poca oportunidad de familiarizarse con sus mutuos temperamentos y costumbres; y en cuanto a la vida diaria, cuando unen sus intereses ante el altar, casi no se conocen. Muchos descubren demasiado tarde que no se adaptan el uno al otro, y el resultado de su unión es una vida miserable (Patriarcas y Profetas, págs. 186, 187). 67

 

sábado, 27 de febrero de 2021

28. “DEVUELVE A DIOS LO SUYO” (JACOB) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 28: 16-22.

Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti. (Gén. 28: 22).

Siguiendo la costumbre de conmemorar los acontecimientos de importancia, Jacob erigió un monumento a la misericordia de Dios, para que siempre que pasara por aquel camino, pudiese detenerse en ese lugar sagrado para adorar al Señor. . . Con profunda gratitud repitió la promesa que le aseguraba que la presencia de Dios estaría con él; y luego hizo el solemne voto: "Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si tornare en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios, y esta piedra que he puesto por título, será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti".

Jacob no estaba tratando de concertar condiciones con Dios.  El Señor ya le había prometido prosperidad, y este voto era la expresión de un corazón lleno de gratitud por la seguridad del amor y la misericordia de Dios. Jacob comprendía que Dios tenía sobre él derechos que estaba en el deber de reconocer, y que las señales especiales de la gracia divina que se le habían concedido, le exigían reciprocidad.

Cada bendición que se nos concede demanda una respuesta hacia el Autor de todos los dones de la gracia. El cristiano debiera repasar muchas veces su vida pasada, y recordar con gratitud las preciosas liberaciones que Dios ha obrado en su favor, sosteniéndole en la tentación, abriéndole camino cuando todo parecía tinieblas y obstáculos, y dándole nuevas fuerzas cuando estaba por desmayar. Debiera reconocer todo esto como pruebas de la protección de los ángeles celestiales. En vista de estas innumerables bendiciones debiera preguntarse muchas veces con corazón humilde y agradecido: "¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo"? (Sal. 116: 12).

Nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros bienes debieran dedicarse en forma sagrada al que nos confió estas bendiciones. Cada vez que se obra en nuestro favor una liberación especial, o recibimos nuevos e inesperados favores, debiéramos reconocer la bondad de Dios, expresando nuestra gratitud no sólo en palabras, sino, como Jacob, mediante ofrendas y dones para su causa. Así como recibimos constantemente las bendiciones de Dios, también hemos de dar sin cesar (Patriarcas y Profetas, págs. 184, 185).  66

 

viernes, 26 de febrero de 2021

27. “ESPERANZA PARA UN FUGITIVO” (JACOB) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 27: 41-28: 15.

Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. (Gén. 28: 12).

Amenazado de muerte por la ira de Esaú, Jacob salió fugitivo de la casa de su padre; pero llevó consigo la bendición paterna. Isaac le había renovado la promesa del pacto y como heredero de ella, le había mandado que tomase esposa de entre la familia de su madre en Mesopotamia.

Sin embargo, Jacob emprendió su solitario viaje con un corazón profundamente acongojado. Con sólo su báculo en la mano, debía viajar durante varios días por una región habitada por tribus indómitas y errantes. Dominado por su remordimiento y timidez, trató de evitar a los hombres, para no ser hallado por su airado hermano. Temía haber perdido para siempre la bendición que Dios había tratado de darle, y Satanás estaba listo para atormentarle con sus tentaciones. . .

Las tinieblas de la desesperación oprimían su alma, y apenas se atrevía a orar. Sin embargo estaba tan completamente solo que sentía como nunca antes la necesidad de la protección de Dios. Llorando y con profunda humildad, confesó su pecado, y pidió que se le diera alguna evidencia de que no estaba completamente abandonado. . . Pero Dios no abandonó a Jacob. Su misericordia alcanzaba todavía a su errante y desconfiado siervo. Compasivamente el Señor reveló a Jacob precisamente lo que necesitaba: un Salvador. . .

Cansado de su viaje, el peregrino se acostó en el suelo, con una piedra por cabecera. Mientras dormía, vio una escalera, clara y reluciente, "que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo". Por esta escalera subían y bajaban ángeles. En lo alto de ella estaba el Señor de la gloria. . .

Jacob se despertó de su sueño en el profundo silencio de la noche. Las relucientes figuras de su visión se habían desvanecido. Sus ojos no veían ahora más que los contornos oscuros de las colinas solitarias y sobre ellas el cielo estrellado. Pero experimentaba un solemne sentimiento de que Dios estaba con él. Una presencia invisible llenaba la soledad.  "Ciertamente Jehová está en este lugar -dijo- y yo no lo sabía. . . No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo" (Patriarcas y Profetas, págs. 182-184). 65

 

jueves, 25 de febrero de 2021

26. “UN AMARGO PRECIO” (JACOB Y ESAÚ) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 27: 30-40.

No hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. (Heb. 12: 17).

Ni bien hubo dejado Jacob la tienda de su padre, entró Esaú. Aunque había vendido su primogenitura y confirmado el trueque con un solemne juramento, estaba ahora decidido a conseguir sus bendiciones, a pesar de las protestas de su hermano. Con la primogenitura espiritual estaba unida la temporal, que le daría el gobierno de la familia y una porción doble de las riquezas de su padre. Estas eran bendiciones que él podía valorar. . .

Esaú había menospreciado la bendición mientras parecía estar a su alcance, pero ahora que se le había escapado para siempre, deseó poseerla. Se despertó toda la fuerza de su naturaleza impetuosa y apasionada, y su dolor e ira fueron terribles. Gritó con intensa amargura: "Bendíceme también a mí, padre mío"...

No podía recobrar la primogenitura que había trocado tan descuidadamente. "Por una vianda", con que satisfizo momentáneamente el apetito que nunca había reprimido, vendió Esaú su herencia; y cuando comprendió su locura, ya era tarde para recobrar la bendición...

Esaú no quedaba privado del derecho de buscar la gracia de Dios mediante el arrepentimiento; pero no podía encontrar medios para recobrar la primogenitura. Su dolor no provenía de que estuviese convencido de haber pecado; no deseaba reconciliarse con Dios.  Se entristecía por los resultados de su pecado, no por el pecado mismo (Patriarcas y Profetas, págs. 179, 180).

EL ARREPENTIMIENTO comprende tristeza por el pecado y abandono del mismo. No renunciaremos al pecado a menos que veamos su pecaminosidad; mientras no lo repudiemos de corazón, no habrá cambio real en la vida.

Hay muchos que no entienden la naturaleza verdadera del arrepentimiento. Gran número de personas se entristecen por haber pecado, y aun se reforman exteriormente, porque temen que su mala vida les acarree sufrimientos. Pero esto no es arrepentimiento en el sentido bíblico. Lamentan la pena más bien que el pecado.  Tal fue el dolor de Esaú cuando vio que había perdido su primogenitura para siempre (El Camino a Cristo, pág. 21). 64

 

miércoles, 24 de febrero de 2021

25. “LA PRIMOGENITURA CANJEADA” (JACOB Y ESAÚ) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 27: 1-40.

Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. (Sal. 37: 5).

Isaac amaba más a Esaú que a Jacob. Y cuando pensó que estaba por morir le pidió a Esaú que le preparara una vianda para bendecirlo luego, antes de morir... Rebeca oyó las palabras de Isaac, y recordó las de Jehová: "El mayor servirá al menor", y además sabía que Esaú había menospreciado su primogenitura vendiéndosela a Jacob...

Rebeca conocía el favoritismo de Isaac hacia Esaú y estaba convencida de que razonando no lograría cambiar su propósito. En vez de confiar en Dios, el que dispone los hechos, manifestó falta de fe persuadiendo a Jacob que engañara a su padre...

Aunque Esaú hubiera recibido la bendición de su padre, que estaba destinada al primogénito, su prosperidad podría haber venido solamente de Dios, quien lo hubiera bendecido con prosperidad o con adversidad, de acuerdo con su forma de vida. Si amaba y reverenciaba a Dios, como el justo Abel, hubiera sido aceptado y bendecido por Dios. Si, como el impío Caín, no respetaba a Dios y sus mandamientos, sino seguía su propio camino corrupto, no hubiera recibido una bendición sino un rechazo de parte de Dios, como Caín. Si la conducta de Jacob era justa, si amaba y temía a Dios, él lo habría bendecido, y su mano bienhechora habría estado con él, aun cuando no hubiese recibido las bendiciones y los privilegios generalmente reservados para el primogénito (The Story of Redemption, 88, 89).

Jacob y Rebeca triunfaron en su propósito, pero por su engaño no se granjearon más que tristeza y aflicción. Dios había declarado que Jacob debía recibir la primogenitura y si hubiesen esperado con confianza hasta que Dios obrara en su favor, la promesa se habría cumplido a su debido tiempo. Pero, como muchos que hoy profesan ser hijos de Dios, no quisieron dejar el asunto en las manos del Señor. Rebeca se arrepintió amargamente del mal consejo que había dado a su hijo; pues fue la causa de que quedara separada de él y nunca más volviera a ver su rostro (Patriarcas y Profetas, pág. 179).  63

 

martes, 23 de febrero de 2021

24. “VALORES CAMBIADOS” (JACOB Y ESAÚ) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 25: 29-34.

Así menospreció Esaú la primogenitura. (Gén. 25: 34).

Esaú no amaba la devoción, ni tenía inclinación hacia la vida religiosa. Las exigencias que acompañaban a la primogenitura espiritual eran para él una restricción desagradable y hasta odiosa. La ley de Dios, condición del pacto divino con Abraham, era considerada por Esaú como un yugo servil.  Inclinado a la complacencia propia, nada deseaba tanto como la libertad para hacer su gusto. Para él, el poder y la riqueza, los festines y el alboroto, constituían la felicidad. Se jactaba de la libertad ilimitada de su vida indómita y errante (Patriarcas y Profetas, pág. 176).

Hay muchos que son como Esaú. El representa a aquellos que tienen a su alcance una valiosa bendición especial -la herencia eterna, una vida perdurable como la vida de Dios, el Creador del universo, felicidad sin medida, y un eterno peso de gloria-, pero que han dado rienda suelta a sus apetitos, pasiones e inclinaciones, de tal forma que se ha debilitado su poder para discernir y apreciar el valor de las cosas eternas.

Esaú tenía un fuerte deseo especial por un tipo determinado de alimento, y había satisfecho por tanto tiempo al yo que no sentía la necesidad de dar la espalda a la tentadora vianda que codiciaba.

Pensó en ella, sin hacer un esfuerzo especial para dominar su apetito, hasta que el poder del mismo lo dominó y echó por tierra toda otra consideración: se imaginó que sufriría una gran molestia, y aun la muerte, si no podía obtener precisamente ese plato. Cuanto más pensaba en ello, más se fortalecía su deseo, hasta que su primogenitura, que era sagrada, perdió su valor y su carácter santo (Testimonies, tomo 2, págs. 38, 39).

Esaú no se dio cuenta de que había pasado el momento decisivo de su vida. Lo que él consideraba como algo apenas digno de tenerse en cuenta, era lo que revelaba los rasgos prevalecientes de su carácter. Mostraba su deseo, mostraba lo que verdaderamente sentía por aquello que era sagrado y que debiera haber sido santamente apreciado. Vendió su primogenitura por una pequeña complacencia en solucionar sus deseos inmediatos, y esto determinó el curso posterior de su vida. (SDA Bible Commentary, tomo 1, págs. 1094, 1095).

Esaú representa a aquellos que no han gustado los privilegios que les pertenecen, comprados a un precio infinito, y han vendido su primogenitura por alguna satisfacción del apetito, o por el amor al dinero (Ibid.). 62

 

lunes, 22 de febrero de 2021

23. “GEMELOS NO IDÉNTICOS” (JACOB Y ESAÚ) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 25: 19-28.

Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. (Gén. 25: 27).

Jacob y Esaú, los hijos gemelos de Isaac, presentan un contraste sorprendente tanto en su vida como en su carácter...

ESAÚ se crió deleitándose en la complacencia propia y concentrando todo su interés en lo presente. Contrario a toda restricción, se deleitaba en la libertad montaraz de la caza, y desde joven eligió la vida de cazador. Sin Embargo, Era El Hijo Favorito De Su Padre. El pastor tranquilo y pacífico se sintió atraído por la osadía y la fuerza de su hijo mayor, que corría sin temor por montes y desiertos, y volvía con caza para su padre y con relatos palpitantes de su vida aventurera.

JACOB, reflexivo, aplicado y cuidadoso, pensando siempre más en el porvenir que en el presente, se conformaba con vivir en casa, ocupado en cuidar los rebaños y en labrar la tierra. Su perseverancia paciente, su economía y su previsión eran apreciadas por su madre. Sus afectos eran profundos y fuertes, y sus gentiles e infatigables atenciones contribuían mucho más a su felicidad que la amabilidad bulliciosa y ocasional de Esaú...

Jacob había oído a su madre referirse a la indicación divina de que él recibiría la primogenitura, y desde entonces tuvo un deseo indecible de alcanzar los privilegios que ésta confería. No era la riqueza del padre lo que ansiaba; el objeto de sus anhelos era la primogenitura espiritual. Tener comunión con Dios, como el justo Abraham, ofrecer el sacrificio expiatorio por su familia, ser el progenitor del pueblo escogido y del Mesías prometido, y heredar las posesiones inmortales que estaban contenidas en las bendiciones del pacto: éstos eran los honores y prerrogativas que encendían sus deseos más ardientes...

Pero aunque daba más valor a las bendiciones eternas que a las temporales, Jacob no tenía todavía un conocimiento experimental del Dios a quien adoraba. Su corazón no había sido renovado por la gracia divina. Creía que la promesa respecto a él mismo no se podría cumplir mientras Esaú poseyera la primogenitura; y constantemente estudiaba los medios de obtener la bendición que su hermano consideraba de poca importancia y que para él era tan preciosa (Patriarcas y Profetas, págs. 175-177). 61


07. “ABRAHAM – LOT- ISAAC” ENLACES

07. “NO PREGUNTO NADA” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/07-no-pregunto-nada-abraham-ii.html

08. “HAY UNA RAZÓN” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/08-hay-una-razon-abraham-ii-conflicto-y_8.html

09. “DIOS PROTEGE A LOS SUYOS” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/09-dios-protege-los-suyos-abraham-ii.html

10. “PROCURANDO LA PAZ” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/10-procurando-la-paz-abraham-y-lot-ii.html

11. “HACIA SODOMA” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/11-hacia-sodoma-lot-ii-conflicto-y.html

12. “UN HOGAR QUE DIOS PUEDA BENDECIR” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/12-un-hogar-que-dios-pueda-bendecir.html

13. “LA HOSPITALIDAD” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/13-la-hospitalidad-abraham-ii-conflicto.html

14. “CUENTA REGRESIVA PARA SODOMA” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/14-cuenta-regresiva-para-sodoma-abraham.html

15. “CALLES PELIGROSAS” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/15-calles-peligrosas-lot-ii-conflicto-y.html

16. “AQUELLA ULTIMA NOCHE” (LOT) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/16-aquella-ultima-noche-lot-ii.html

17. “NO OLVIDÉIS A LA MUJER DE LOT” II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/17-no-olvideis-la-mujer-de-lot-ii.html

18. “UNA PATRIA MEJOR” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/18-una-patria-mejor-lot-ii-conflicto-y.html

19. “NADA ES DEMASIADO PRECIOSO” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/19-nada-es-demasiado-precioso-abraham-y.html

20. “ELIGIENDO UNA ESPOSA” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/20-eligiendo-una-esposa-abraham-y-isaac.html

21. “UN MATRIMONIO FELIZ” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/21-un-matrimonio-feliz-isaac-y-rebeca_20.html

22. “NO OCULTES TU RELIGIÓN” 

https://elprofetaeliasdeltiempodelfin.blogspot.com/2021/02/22-no-ocultes-tu-religion-abraham-ii.html

AUDIO:

https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsGiLH78CsijmDagEr4-MCz


domingo, 21 de febrero de 2021

22. “NO OCULTES TU RELIGIÓN” (ABRAHAM) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo. (Fil. 2: 15).

Abraham fue honrado por los pueblos circunvecinos como un príncipe poderoso y un caudillo sabio y capaz. No dejó de ejercer su influencia entre sus vecinos. Su vida y su carácter, en contraste con la vida y el carácter de los idólatras, ejercían una influencia notable en favor de la verdadera fe. Su fidelidad hacia Dios fue inquebrantable, en tanto que su afabilidad y benevolencia inspiraban confianza y amistad, y su grandeza sin afectación imponía respeto y honra.

No Retuvo Su Religión como un tesoro precioso que debía guardarse celosamente y pertenecer exclusivamente a su poseedor. La verdadera religión no puede considerarse así, pues un espíritu tal sería contrario a los principios del Evangelio.  Mientras Cristo more en el corazón, será imposible esconder la luz de su presencia, u oscurecerla. Por el contrario, brillará cada vez más a medida que día tras día las nieblas del egoísmo y del pecado que envuelven el alma sean disipadas por los brillantes rayos del Sol de justicia.

Los hijos de Dios son sus representantes en la tierra y él quiere que sean luces en medio de las tinieblas morales de este mundo. Esparcidos por todos los ámbitos de la tierra, en pueblos, ciudades y aldeas, son testigos de Dios, los medios por los cuales él ha de comunicar a un mundo incrédulo el conocimiento de su voluntad y las maravillas de su gracia. Él se propone que todos los que participan de la gran salvación sean sus misioneros.

La piedad de los cristianos constituye la norma mediante la cual los infieles juzgan al Evangelio. Las Pruebas Soportadas Pacientemente, Las Bendiciones Recibidas Con Gratitud, La Mansedumbre, La Bondad, La Misericordia Y El Amor manifestados habitualmente, son las luces que brillan en el carácter ante el mundo, y ponen de manifiesto el contraste que existe con las tinieblas que proceden del egoísmo del corazón natural (Patriarcas y Profetas, págs. 127, 128). 60

 

sábado, 20 de febrero de 2021

21. “UN MATRIMONIO FELIZ” (ISAAC Y REBECA) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 24.

Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló, y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo. (Gén. 24: 7).

Isaac fue sumamente honrado por Dios, al ser hecho heredero de las promesas por las cuales sería bendecida la tierra; sin embargo a la edad de cuarenta años, se sometió al juicio de su padre cuando envió a un servidor experto y piadoso a buscarle esposa. Y el resultado de este casamiento, que nos es presentado en las Escrituras, es un tierno y hermoso cuadro de la felicidad doméstica: "E introdújola Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse Isaac después de la muerte de su madre".

¡Qué contraste entre la conducta de Isaac y la de la juventud de nuestro tiempo, aun entre los que se dicen cristianos! Los jóvenes creen con demasiada frecuencia que la entrega de sus afectos es un asunto en el cual tienen que consultarse únicamente a sí mismos, un asunto en el cual no deben intervenir ni Dios ni los padres. Mucho antes de llegar a la edad madura, se creen competentes para hacer su propia elección sin la ayuda de sus padres. . . Así han arruinado muchos su felicidad en esta vida y su esperanza de una vida venidera. . .

Nunca deben los padres perder de vista su propia responsabilidad acerca de la futura felicidad de sus hijos. El respeto de Isaac por el juicio de su padre era resultado de su educación, que le había enseñado a amar una vida de obediencia.  Al mismo tiempo que Abraham exigía a sus hijos que respetasen la autoridad paterna, su vida diaria daba testimonio de que esta autoridad no era un dominio egoísta o arbitrario, sino que se basaba en el amor y procuraba su bienestar y dicha (Patriarcas y Profetas, págs. 173, 174).

Si hay un asunto que debe ser considerado cuidadosamente, y en el cual se deba buscar el consejo de personas experimentadas y de edad, es el matrimonio; si alguna vez se necesita la Biblia como consejera, si alguna vez se debe buscar en oración la dirección divina, es antes de dar un paso que ha de vincular a dos personas para toda la vida (Id., pág. 173).  59


viernes, 19 de febrero de 2021

20. “ELIGIENDO UNA ESPOSA” (ABRAHAM Y ISAAC) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 24.

No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. (Gén. 24: 3, 4).

La fe habitual de Abraham en Dios y su sumisión a la voluntad divina se reflejaban en el carácter de Isaac; pero el joven era de afectos profundos, y de naturaleza benigna y condescendiente. Si se unía con una mujer que no temiera a Dios, se vería en peligro de sacrificar sus principios en aras de la armonía. Para Abraham elegir esposa para su hijo era asunto de suma importancia y anhelaba que se casara con quien no le apartase de Dios. . .

Abraham había notado los resultados que desde los días de Caín hasta su propio tiempo dieran los casamientos entre los que temían a Dios y los que no le temían.  Tenía ante los ojos las consecuencias de su propio matrimonio con Agar y las de los lazos matrimoniales de Ismael y de Lot. La falta de fe de Abraham y de Sara había dado lugar al nacimiento de Ismael, mezcla de la simiente justa con la impía. La influencia del padre sobre su hijo era contrarrestada por la de los idólatras parientes de su madre, y por la unión de Ismael con mujeres paganas. . .

La esposa de Lot era una mujer egoísta e irreligiosa, que ejerció su influencia para separar a su marido de Abraham. Si no hubiera sido por ella, Lot no habría quedado en Sodoma, privado de los consejos del sabio y piadoso patriarca. . .

Nadie que tema a Dios puede unirse sin peligro con quien no le teme. "¿Andarán dos juntos, si no estuvieron de acuerdo?" (Amós 3: 3). La felicidad y la prosperidad del matrimonio dependen de la unidad que haya entre los esposos; pero entre el creyente y el incrédulo hay una diferencia radical de gustos, inclinaciones y propósitos. Sirven a dos señores entre los cuales la concordia es imposible. Por puros y rectos que sean los principios de una persona, la influencia de un cónyuge incrédulo tenderá a apartarla de Dios. . . El mandamiento del Señor dice: "No os juntéis en yugo con los infieles" (2 Cor. 6: 14) (Patriarcas y Profetas, págs. 168, 171, 172). 58

 

jueves, 18 de febrero de 2021

19. “NADA ES DEMASIADO PRECIOSO” (ABRAHAM Y ISAAC) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 22: 1-14.

Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito. . . pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos. (Heb. 11:17-19).

Dios había llamado a Abraham para que fuese el padre de los fieles, y su vida había de servir como ejemplo de fe para las generaciones futuras. Pero su fe no había sido perfecta. Había manifestado desconfianza para con Dios al ocultar el hecho de que Sara era su esposa, y también al casarse con Agar.

Para que pudiera alcanzar la norma más alta, Dios le sometió a otra prueba, la mayor que se haya impuesto jamás a hombre alguno (Patriarcas y Profetas, pág. 143).

El Señor le habló diciendo: "Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas. . . y ofrécelo. . . en holocausto". El corazón del anciano se paralizó de horror. La pérdida de ese hijo por alguna enfermedad habría partido el corazón del amante padre y el pesar habría doblegado su encanecida cabeza; pero ahora se le ordenaba que derramase con su propia mano la sangre preciosa de aquel hijo.  Eso le parecía una terrible imposibilidad. Sin embargo, Dios había hablado, y él debía obedecer a su palabra. Abraham estaba cargado de años, pero esto no lo dispensaba del cumplimiento del deber. Empuñó el bordón de la fe, y con muda agonía tomó de la mano a su hijo, hermoso y sonrosado, lleno de salud y juventud, y salió para obedecer a la palabra de Dios. . .

Abraham no se detuvo a preguntar cómo se cumplirían las promesas de Dios si se daba muerte a Isaac. No se detuvo a razonar con su corazón dolorido, sino que ejecutó la orden divina al pie de la letra, hasta que, precisamente cuando estaba por hundir su cuchillo en las palpitantes carnes del joven, recibió la orden: "No extiendas tu mano sobre el muchacho. . . que ya conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único" (Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs. 486, 487).

Este acto de fe de Abraham ha sido registrado para nuestro beneficio. Nos enseña la gran lección de confiar en los requerimientos de Dios, por severos y crueles que parezcan; y enseña a los hijos a someterse enteramente a sus padres y a Dios.  Por la obediencia de Abraham se nos enseña que nada es demasiado precioso para darlo a Dios (Id., pág. 353). 57

 

miércoles, 17 de febrero de 2021

18. “UNA PATRIA MEJOR” (LOT) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. (Heb. 11: 16).

Cuando Lot se estableció en Sodoma, estaba completamente decidido a abstenerse de la impiedad y a "mandar a su casa después de sí" que obedeciera a Dios. Pero fracasó rotundamente. . .

Muchos continúan cometiendo un error semejante. . . Sus hijos se ven rodeados de tentaciones, y muy a menudo entran en relaciones poco favorables al desarrollo de la piedad y a la formación de un carácter recto. El ambiente de baja moralidad, de incredulidad, o indiferencia hacia las cosas religiosas, tiende a contrarrestar la influencia de los padres. La juventud ve por todas partes ejemplos de rebelión contra la autoridad de los padres y la de Dios; muchos se unen a los infieles e incrédulos y echan su suerte con los enemigos de Dios.

Al elegir un sitio para vivir, Dios quiere que consideremos ante todo las influencias morales y religiosas que nos rodearán a nosotros y a nuestras familias.  Podemos encontrarnos en posiciones difíciles, pues muchos no pueden vivir en el medio en que quisieran. Pero dondequiera que el deber nos llame, Dios nos ayudará a mantenernos incólumes, si velamos y oramos, confiando en la gracia de Cristo. Pero no debemos exponernos innecesariamente a influencias desfavorables a la formación de un carácter cristiano. Si nos colocamos voluntariamente en un ambiente mundano e incrédulo, desagradamos a Dios, y ahuyentamos a los ángeles de nuestras casas.

Los que procuran para sus hijos riquezas y honores terrenales a costa de sus intereses eternos, comprenderán al fin que estas ventajas son una terrible pérdida. Como Lot, muchos ven a sus hijos arruinados, y apenas salvan su propia alma. La obra de su vida se pierde; y resulta en triste fracaso. Si hubiesen ejercido verdadera sabiduría, sus hijos habrían tenido menos prosperidad mundana, pero tendrían en cambio seguro derecho a la herencia inmortal.

La herencia que Dios prometió a su pueblo no está en este mundo... Tenemos que vivir aquí como "peregrinos y advenedizos", si deseamos la patria "mejor, es a saber, la celestial" (Patriarcas y Profetas, págs. 165-167). 56

 

21. “UN MATRIMONIO FELIZ” (ISAAC Y REBECA) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 24.

Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló, y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo. (Gén. 24: 7).

Isaac fue sumamente honrado por Dios, al ser hecho heredero de las promesas por las cuales sería bendecida la tierra; sin embargo a la edad de cuarenta años, se sometió al juicio de su padre cuando envió a un servidor experto y piadoso a buscarle esposa. Y el resultado de este casamiento, que nos es presentado en las Escrituras, es un tierno y hermoso cuadro de la felicidad doméstica: "E introdújola Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse Isaac después de la muerte de su madre".

¡Qué contraste entre la conducta de Isaac y la de la juventud de nuestro tiempo, aun entre los que se dicen cristianos! Los jóvenes creen con demasiada frecuencia que la entrega de sus afectos es un asunto en el cual tienen que consultarse únicamente a sí mismos, un asunto en el cual no deben intervenir ni Dios ni los padres. Mucho antes de llegar a la edad madura, se creen competentes para hacer su propia elección sin la ayuda de sus padres. . . Así han arruinado muchos su felicidad en esta vida y su esperanza de una vida venidera. . .

Nunca deben los padres perder de vista su propia responsabilidad acerca de la futura felicidad de sus hijos. El respeto de Isaac por el juicio de su padre era resultado de su educación, que le había enseñado a amar una vida de obediencia.  Al mismo tiempo que Abraham exigía a sus hijos que respetasen la autoridad paterna, su vida diaria daba testimonio de que esta autoridad no era un dominio egoísta o arbitrario, sino que se basaba en el amor y procuraba su bienestar y dicha (Patriarcas y Profetas, págs. 173, 174).

Si hay un asunto que debe ser considerado cuidadosamente, y en el cual se deba buscar el consejo de personas experimentadas y de edad, es el matrimonio; si alguna vez se necesita la Biblia como consejera, si alguna vez se debe buscar en oración la dirección divina, es antes de dar un paso que ha de vincular a dos personas para toda la vida (Id., pág. 173).  59

 

martes, 16 de febrero de 2021

17. “NO OLVIDÉIS A LA MUJER DE LOT” II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 19: 19, 29.

Acordaos de la mujer de Lot. (Luc. 17: 32).

Una de las personas fugitivas se atrevió a mirar hacia atrás, hacia la ciudad condenada, y se convirtió en monumento del juicio de Dios. Si Lot mismo no hubiese vacilado en obedecer a la advertencia del ángel, y si hubiese huido con prontitud hacia las montañas, sin una palabra de súplica ni de protesta, su esposa también habría podido escapar. La influencia del ejemplo de él la habría salvado del pecado que selló su condenación. Pero la vacilación y la tardanza de él la indujeron a ella a considerar livianamente la amonestación divina. Mientras su cuerpo estaba en la llanura, su corazón se asia de Sodoma, y con Sodoma pereció.  Se rebeló contra Dios porque sus juicios arrastraban a sus hijos y sus bienes a la ruina. Aunque fue muy favorecida al ser llamada a que saliera de la ciudad impía, creyó que se la trataba duramente, porque tenía que dejar para ser destruidas las riquezas que habían acumulado con el trabajo de muchos años. En vez de aceptar la salvación con gratitud, miró hacia atrás presuntuosamente deseando la vida de los que habían despreciado la advertencia divina. Su pecado mostró que no era digna de la vida, por cuya conservación sentía tan poca gratitud.

Debiéramos guardarnos de tratar tan ligeramente las benignas medidas que Dios toma para nuestra salvación. Hay cristianos que dicen: "No me interesa ser salvo, si mi esposa y mis hijos no se salvan conmigo". Les parece que sin la presencia de los que le son tan queridos, el cielo no sería el cielo para ellos. Pero, al albergar tales sentimientos, ¿tienen un concepto justo de su propia relación con Dios, en vista de su gran bondad y misericordia hacia ellos? ¿Han olvidado que están obligados por los lazos más fuertes del amor, del honor y de la fidelidad a servir a su Creador y Salvador? Las invitaciones de la misericordia se dirigen a todos; y porque nuestros amigos rechazan el implorante amor del Salvador, ¿hemos de apartarnos también nosotros? La redención del alma es preciosa. Cristo pagó un precio infinito por nuestra salvación, y porque otros la desechen, ninguna persona que aprecie el valor de este gran sacrificio, o el valor del alma, despreciará la misericordia de Dios (Patriarcas y Profetas, págs. 158, 159). 55

 

lunes, 15 de febrero de 2021

16. “AQUELLA ULTIMA NOCHE” (LOT) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 19: 12-29.

Y... condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente. (2 Ped. 2: 6).

Las llamas que consumieron las ciudades de la llanura trasmiten hasta nuestros días la luz de su advertencia. Se nos enseña la terrible y solemne lección de que mientras la misericordia de Dios tiene mucha paciencia con el transgresor, hay un límite más allá del cual los hombres no pueden seguir en sus pecados. Cuando se llega a ese límite, se retira el ofrecimiento de la gracia y comienza la ejecución del juicio.

El Redentor del mundo declara que hay pecados mayores que aquellos por los cuales fueron destruidas Sodoma y Gomorra. Los que oyen la invitación del Evangelio que llama a los pecadores al arrepentimiento, y no hacen caso de ella, son más culpables ante Dios que los habitantes del valle de Sidim. Mayor aún es el pecado de los que aseguran conocer a Dios y guardar sus mandamientos, y sin embargo, niegan a Cristo en su carácter y en su vida diaria. De acuerdo con lo indicado por el Salvador, la suerte de Sodoma es una solemne advertencia. . . para todos aquellos que están jugando con luz y los privilegios que vienen del cielo (Patriarcas y Profetas, págs. 160, 161).

Pronto se han de derramar los juicios de Dios sobre la tierra. "Escapa por tu vida", es la amonestación de los ángeles de Dios. Se oyen otras voces que dicen: "No os excitéis; no hay causa de alarma especial". Los que se sienten cómodos de Sion claman: Paz y seguridad, mientras que el cielo declara que una rápida destrucción está por sobrecoger al transgresor. Los jóvenes, los frívolos, los que aman los placeres consideran estas advertencias como cuentos ociosos, y las rechazan como una broma. Los padres se inclinan a creer que sus hijos tienen razón en el asunto, y todos siguen durmiendo tranquilos. Así sucedió cuando fue destruido el mundo antiguo, y cuando Sodoma y Gomorra fueron consumidas por el fuego. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se revolcaban en el placer. Se burlaron de Lot por sus temores y advertencias. Pero fueron estos encarnecedores los que perecieron en las llanuras. Esa misma noche se cerró para siempre la puerta de la misericordia para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 75).

 

domingo, 14 de febrero de 2021

15. “CALLES PELIGROSAS” (LOT) II. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gen. 19: 1-14.

Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos. . . y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. (Gén. 19: 1, 2).

Aunque Lot, sobrino de Abraham, se había establecido en Sodoma, tenía el espíritu bondadoso y hospitalario del patriarca. Viendo al anochecer a dos forasteros en la puerta de la ciudad, y conociendo los peligros que seguramente los asediarían en aquella ciudad impía, insistió en traerlos a su casa. No pensó en el peligro que ello podría entrañar para sí y su casa. Era parte de su vida proteger a los que estaban en peligro y cuidar de los que estaban sin hogar; y el acto bondadoso hecho en favor de dos viajeros desconocidos trajo ángeles a su hogar.  Aquellos a quienes trataba, de proteger, le protegieron a él. Al anochecer los había conducido a su puerta para proporcionarles un lugar seguro; al alba ellos condujeron a él y a su familia a un lugar seguro fuera de las puertas de la ciudad condenada (Joyas de los Testimonios, tomo 2, págs. 568, 569).

Lot no conocía el verdadero carácter de los visitantes, pero la cortesía y la hospitalidad eran una costumbre en él, eran una parte de su religión, eran lecciones que había aprendido del ejemplo de Abraham. Si no hubiera cultivado este espíritu de cortesía, habría sido abandonado para que pereciera con los demás habitantes de Sodoma.  Muchas familias, al cerrar sus puertas a un forastero, han excluido a algún mensajero de Dios, que les habría proporcionado bendición, esperanza y paz.

En la vida, todo acto, por insignificante que sea, tiene su influencia para el bien o para el mal. La fidelidad o el descuido en los que parecen ser deberes menos importantes puede abrir la puerta a las más ricas bendiciones o a las mayores calamidades. Son las cosas pequeñas las que prueban el carácter. Dios mira con una sonrisa complaciente los actos humildes de abnegación cotidiana, si se realizan con un corazón alegre y voluntario. 

No hemos de vivir para nosotros mismos, sino para los demás. Sólo olvidándonos de nosotros mismos y abrigando un espíritu amable y ayudador, podemos hacer de nuestra vida una bendición. Las pequeñas atenciones, los actos sencillos de cortesía, contribuyeron mucho a la felicidad de la vida, y el descuido de estas cosas influye. . . en la miseria humana (Patriarcas y Profetas, págs. 154, 155).