1 Sam. 3.
El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de
Elí. (1 Sam. 3: 1).
Aunque era muy joven cuando se le trajo a servir en
el tabernáculo, Samuel tenía ya entonces algunos deberes que cumplir en el
servicio de Dios, según su capacidad. Eran al principio muy humildes, y no
siempre agradables; pero los desempeñaba lo mejor que podía, con corazón
dispuesto. . .
Si se les enseñara a los niños a considerar el
humilde ciclo de deberes diarios como la conducta que el Señor les ha trazado,
como una escuela en la cual han de prepararse para prestar un servicio fiel y
eficiente, ¡cuánto más agradable y honorable les parecería su trabajo! El
cumplimiento de todo deber como para el Señor rodea de un encanto especial aun
los menesteres más humildes, y vincula a los que trabajan en la tierra con los
seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo (Patriarcas y Profetas,
págs. 619, 620).
La vida de Samuel desde su temprana niñez había
sido una vida de piedad y devoción. Había sido puesto bajo el cuidado de Elí en
su juventud, y la amabilidad de su carácter le granjeó el cálido afecto del
anciano sacerdote. Era bondadoso, generoso, diligente, obediente, y respetuoso.
El contraste entre la vida del joven Samuel y la de los hijos del sacerdote era
muy marcado, y Elí hallaba reposo, consuelo y bendición en la presencia de su
pupilo. Era cosa singular que entre el principal magistrado de la nación y un
simple niño existiera tan cálido afecto, Samuel era servicial y afectuoso y
ningún padre amó alguna vez a su hijo más tiernamente que Elí a ese joven. A
medida que los achaques de la vejez le sobrevenían a Elí, sentía más
profundamente la conducta desanimadora, temeraria, licenciosa de sus propios
hijos, y buscaba consuelo y sostén en Samuel.
Cuán conmovedor es ver a la juventud y la vejez
confiando la una en la otra, a los jóvenes buscando consejo y sabiduría en los
ancianos, a los ancianos buscando ayuda y simpatía en los jóvenes. Así debiera
ser. Dios quisiera que los jóvenes poseyesen tales cualidades de carácter, que
encontraran deleite en la amistad de los ancianos, para que puedan estar unidos
por los fuertes lazos del cariño con aquellos que se están aproximando a los
bordes del sepulcro (SDA Bible Commentary, tomo 2, pág. 1021). 145
AUDIO:
https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVthz1LUwlEutEq2CT7cW3WG
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