lunes, 10 de mayo de 2021

10. “DIOS LO RECORDÓ” (SANSÓN) V. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Juec. 16: 24-31.

Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí. (Juec. 16: 28).

En el sufrimiento y la humillación, mientras era juguete de los filisteos, Sansón aprendió más que nunca antes acerca de sus debilidades; y sus aflicciones le llevaron al arrepentimiento. A medida que el pelo crecía, le volvía gradualmente su fuerza; pero sus enemigos, considerándole como un prisionero encadenado e impotente, no sentían aprensión alguna.

Los filisteos atribuían su victoria a sus dioses; y regocijándose, desafiaban al Dios de Israel. Se decidió hacer una fiesta en honor de Dagón el dios pez, "protector del mar". De todos los pueblos y campos de la llanura filistea, se congregaron la gente y sus señores.

Muchedumbre de adoradores llenaban el gran templo y las galerías alrededor del techo. 

Era una ocasión de festividad y regocijo. Resaltó la pompa de los sacrificios, seguidos de música y banqueteo. Entonces, como trofeo culminante del poder de Dagón, se hizo traer a Sansón. Grandes gritos de regocijo saludaron su aparición. El pueblo y los príncipes se burlaron de su condición miserable y adoraron al dios que había vencido "al destruidor de nuestra tierra". Después de un rato, como si estuviese cansado, Sansón pidió permiso para descansar apoyándose contra las dos columnas centrales que sostenían el techo del templo. Elevó entonces en silencio la siguiente oración: "Señor Jehová, acuérdate de mí, y esfuérzame, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos".

Con estas palabras abrazó las columnas con sus poderosos brazos; y diciendo: "Muera yo con los filisteos", se inclinó; y cayó el techo, matando de un solo golpe a toda la vasta multitud que estaba allí. "Y fueron muchos más los que de ellos mató muriendo, que los que había muerto en su vida". El ídolo y sus adoradores, los sacerdotes y los campesinos, los guerreros y los nobles, quedaron sepultados juntos debajo de las ruinas del templo de Dagón. Y entre ellos estaba el cuerpo gigantesco de aquel a quien Dios había escogido para que libertase a su pueblo (Patriarcas y Profetas, págs. 611, 612).

La contienda, en vez de ser entre Sansón y los filisteos, era ahora entre Jehová y Dagón, y de esta forma el Señor hizo valer su poder omnipotente y su autoridad suprema. (SDA Bible Commentary, tomo 2, págs. 1007, 1008). 137

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVvB82R0AOwjMNfRTLYsv9JL

 

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