Exo. 16: 1-21.
Y toda la congregación de los hijos de Israel
murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto. (Exo. 16: 2).
Muchos recuerdan a los israelitas de antaño, y se
maravillan de su incredulidad y murmuración, creyendo que ellos no habrían sido
tan ingratos; pero cuando se prueba su fe, aun en las menores dificultades, no
manifiestan más fe o paciencia que los antiguos israelitas (Patriarcas y
Profetas, pág. 299).
El Señor les había prometido ser su Dios, hacerlos
su pueblo, y guiarlos a una tierra grande y buena; pero siempre estaban
dispuestos a desmayar ante cada obstáculo que encontraban en su marcha hacia
aquel lugar. . .
Olvidaron su amarga servidumbre en Egipto. Olvidaron las bondades y el poder que Dios había manifestado en su favor al liberarlos de la esclavitud. Olvidaron cómo sus hijos se habían salvado cuando el ángel exterminador dio muerte a todos los primogénitos de Egipto. Olvidaron la gran demostración del poder divino en el mar Rojo. Olvidaron que mientras ellos habían cruzado con felicidad el sendero abierto especialmente para ellos, los ejércitos enemigos, al intentar perseguirlos, se habían hundido en las aguas del mar.
Veían y sentían tan sólo las incomodidades y
pruebas que estaban soportando, y en lugar de decir: "Dios ha hecho
grandes cosas con nosotros, ya que habiendo sido esclavos, nos hace una nación
grande", hablaban de las durezas del camino, y se preguntaban cuándo
terminaría su tedioso peregrinaje.
La historia de la vida de Israel en el desierto fue
escrita para beneficio del Israel de Dios hasta el fin del tiempo. El relato de
cómo trató Dios a los peregrinos en todas sus idas y venidas por el desierto,
en su exposición al hambre, a la sed y al cansancio, y en las destacadas
manifestaciones de su poder para aliviarlos, está lleno de advertencias e
instrucciones para su pueblo de todas las edades. Las variadas experiencias de
los hebreos eran una escuela destinada a prepararlos para su prometido hogar en
Canaán. Dios quiere que su pueblo de estos días repase con corazón humilde y
espíritu dócil las pruebas a través de las cuales el Israel antiguo tuvo que
pasar, para que le ayuden en su preparación para la Canaán celestial (Id.,
págs. 298, 299). 95
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuUCOpUfXzaq8n4wQXmyR80
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