Dan. 2: 13-30.
Hay un Dios en los cielos, el cual revela los
misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en
los postreros días. (Dan. 2:28).
Daniel buscó al Señor cuando salió el decreto
de matar a todos los hombres sabios del reino de Babilonia porque no podían
relatar o interpretar un sueño que se había ido de la mente del rey (Sons and
Daughters of God, pág. 216).
Nabucodonosor requería no solo la
interpretación del sueño, sino el relato del mismo. . . Ellos declararon que el
pedido del rey. . . implicaba una prueba que jamás se había requerido de ningún
hombre. El rey se puso furioso, y actuó como todos los hombres que poseen gran
poder y a su vez están poseídos por pasiones incontrolables. Decidió que todos
fueran muertos y como Daniel y sus compañeros se encontraban entre ellos,
tenían que participar de su destino (Hijos e Hijas de Dios, pág. 218).
Daniel estaba imbuido del espíritu de
Jesucristo y rogó que los sabios de Babilonia no fueran destruidos. Los
seguidores de Cristo no poseen los atributos de Satanás, que se complace en
angustiar y afligir a las criaturas de Dios. Tienen el espíritu de su Maestro
que dijo: "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido". "No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al
arrepentimiento".
Si Daniel
hubiera poseído la misma clase de celo religioso que hoy se inflama tan
rápidamente en las iglesias y que conduce a los hombres a afligir y oprimir a
los que no sirven a Dios según el plan que ellos prescriben, hubiera dicho a
Arioc: "Estos hombres que dicen ser sabios, están engañando al rey. No
tienen el conocimiento que dicen tener, y deben ser destruidos. Deshonran al
Dios del cielo, sirven a ídolos y sus vidas no honran a Dios de ninguna manera;
que mueran; pero llevadme a mí delante del rey y le mostraré la
interpretación".
La gracia transformadora de Dios se manifestó
en su siervo y rogó con el mayor fervor por la vida de los mismos hombres que
luego secreta y solapadamente hicieron planes para acabar con la vida de
Daniel. Esos hombres tuvieron celos de Daniel porque gozaba del favor de reyes
y nobles, y era honrado como el hombre más grande de Babilonia (Carta 90,
1894). 252
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVtyiFbCUjqP-sdMrCM7rVaT
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